Es un cuento o fábula con función moralizadora o doctrinal, que fue habitualmente incorporado en la estructura del sermón vulgar.
A partir del siglo XIII, el uso del exemplum se hizo masivo. Profesores, oradores, moralistas, místicos y predicadores utilizaban todo tipo de relatos para adornar su exposición. A fin de que sus ideas fueran captadas se valían de la ejemplificación o ilustración mediante anécdotas, fábulas, leyendas, etc.
El autor se permitía tomar ejemplos tanto de origen sagrado como profano, o de fuentes orientales u occidentales. La ficción narrativa estaba concebida para servir de demostración a un objetivo moralizante.
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